Las dos últimas semanas he dedicado cinco artículos del blog a explicar y desgranar el contenido de la Reforma Laboral recientemente aprobada, intentando acercaros una visión lo más global, técnica y objetiva posible sobre ella. Finalizada esta etapa toca hacer mi propia valoración.
Me imagino que muchos de vosotros habréis escuchado en alguna ocasión el término "flexiseguridad", palabra que responde a un concepto que proviene del mercado laboral danés. Las claves de este modelo se basan en la flexibilidad a la hora de contratar y de despedir, una alta protección social para los desempleados y una política de formación y reinserción laboral muy activa. Para ello los trabajadores deben estar dispuestos a que su formación se adecue en todo momento a las necesidades del mercado de trabajo, implantando para ello un proceso de formación continua tanto para empleados como para desempleados. Una de las principales características de este sistema es su elevado coste en términos de presupuesto público.
Que la Reforma Laboral avanza significativamente en materia de flexibilidad es indiscutible. Claro ejemplo de esto es la ampliación de las causas que amparan un despido objetivo procedente, la desaparición de los salarios de trámite, la reducción de la indemnización por despido, la primacía aplicativa del convenio de empresa sobre cualquier otro, la extensión de los supuestos que amparan el descuelgue salarial, el cambio en la clasificación profesional pasando de las categorías a los grupos, la posibilidad de distribuir irregularmente el 5% de la jornada laboral anual, las facilidades para llevar a cabo una modificación sustancial de las condiciones de trabajo y la movilidad geográfica.
Ahora bien, esta flexibilidad no va acompañada de un aumento de la seguridad laboral. Las medidas adoptadas en materia de formación, si bien suponen un avance, son claramente escasas y no permiten asegurar que la empleabilidad y formación continua de los empleados y desempleados vayan a mejorar en los próximos años. La apuesta por la calidad formativa en el ámbito de las empresas sigue siendo una quimera mientras el trabajador no disponga de una cuenta de formación que le acompañe a lo largo de su vida laboral. La reinserción laboral no avanzará aunque se autorice a las empresas de trabajo temporal a actuar como agencias de colocación si no se dota al sistema de más recursos y medidas complementarias. Por último tampoco se ha mejorado la protección de los trabajadores en situación de desempleo. La flexibilidad en sí misma no es buena ni mala, es un mecanismo de ordenación del mercado de trabajo como otro cualquiera, pero si no se adoptan medidas destinadas a reforzar la seguridad laboral en otros ámbitos el sistema se vuelve claramente desequilibrado e ineficiente.
Otra crítica que sin duda merece la Reforma es mantener en el tiempo la secular discriminación que han venido soportando en nuestro país los trabajadores temporales. Las Reformas Laborales se suceden sin que se pueda, o se quiera, encontrar la solución que ponga fin a la brecha existente entre fijos y eventuales, quienes siguen sometidos a un mecanismo que favorece su expulsión del puesto de trabajo mediante ridículas indemnizaciones en caso de despido. Formación continua y trabajador temporal son términos claramente antagónicos. Mientras no desaparezca de nuestro sistema laboral esta discriminación histórica la palabra seguridad en el trabajo debería estar vetada.
En resumen, la Ley que nos acerca a Europa en materia de flexibilidad, nos sigue manteniendo ciertamente alejados en relación con la seguridad. Estamos ante una Ley desequilibrada que temo lastre aun más el déficit de formación en nuestro país, al favorecer el efecto salida del mercado de trabajo y no aumentar la implicación pública en la mejora de la capacitación profesional.
¿Saltamos?
La foto final resume, acertadamente, todas tus valoraciones. Por cierto, todos tenemos claro que, en materia de despido disciplinario, va a aumentar la litigiosidad cuando se buscaba precisamente lo contrario. Ahora toca esperar y ver que pasa ...
ResponderEliminar"El tiempo, ese juez supremo que da y quita razones, pone a cada uno en su sitio"
Gran trabajo, Fabián.
Gracias Daniel. Eso me temo yo también, un aumento exponencial de la litigiosidad laboral pero con unas posibilidades reales de amparo más reducidas. Habrá que esperar a que por parte de los TSJ y sobre todo del Supremo se concrete el alcance de buena parte de las novedades introducidas. Saludos
ResponderEliminarCómo está el panorama actual, muchos lo que queremos es trabajar. yo estoy buscando trabajar en Lugo desarrollando o diseñando páginas web.
ResponderEliminarmi familia está envejeciendo ahí y desearía pasar los últimos años con ellos. mi empleo se puede desarrollar a distancia, pero muchas empresas ponen pegas. La verdad es que cada vez hay más competencia y menos trabajo, por ello que no me importe mucho la temporalidad y el tema de despidos. cada uno mira para sus intereses(y no sólo yo).
No obstante admiro su exposición.
reciba un cordial saludo,
Jesús Carballal Rodríguez
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Muchas gracias por tu comentario Jesús: Todos los puntos de vista son bienvenidos pues es obvio que no todo el mundo se encuentra en la misma situación laboral. Por desgracia para millones de españoles lo prioritario es encontrar trabajo, se podría decir que cualquier trabajo, pero lo inminente no debe hacernos perder la perspectiva de los vicios de nuestro sistema laboral, que precisamente deben ser corregidos para evitar en el futuro situaciones como las que ahora vivimos. Saludos y gracias por tu aportación.
EliminarBuenas tardes Fabián: Muy interesante tu reflexión final!!! Al finla verdadera problemática dentro de la reforma no es ya el tema economico, sino de valores o ético. Si el Gobierno "se olvida" que la parte debil de la relación laboral es casi siempre el trabajador, pues por mal camino vamos.
ResponderEliminarSi no hay compensación a través de mayor seguridad frente al incremento de la flexibilidad, solamente la jurisdicción laboral a través de una jurisprudencia más creativa y la lucha sindical en las calles podrá enderezar este embolado.
Hola Guillermo. Gracias por tu comentario y por seguir el blog. Creo que no debemos centrarnos en reclamar más indemnizaciones por despido, sino en reclamar un sistema ágil y eficiente que permita al trabajador adaptarse a los cambios del mercado y mejorar la capacitación profesional. Por eso considero que la Reforma se ha quedado coja, se aumenta la flexibilidad pero se mantiene el insostenible sistema de precariedad y formación en nuestro país. Así la convergencia con Europa resulta una quimera. Saludos
ResponderEliminarhoy he llamado a dos personas para ofrecerles un trabajo eventual y he tenido dos contestaciones similares: si cojo el trabajo no me compensa porque dejo de cobrar el paro. Es la misma respuesta que hace 5 años. ¿cuándo será de verdad fácil la transición entre desempleo y trabajo?
ResponderEliminarHola Miguel: La cuestión que planteas responde justo al motivo del artículo. Vivimos en una situación de clara incertidumbre y de necesidad. La gente no va a renunciar a unos ingresos fijos mensuales por un contrato de dos o tres meses, lo cual en la situación actual y con las necesidades familiares que existen lo comprendo. Más si cabe cuando la reforma laboral crean contratos indefinidos incentivados y bonificados y al mismo tiempo se aumentan los mecanismos de flexibilidad, lo cual permitiría asumir más riesgos a las empresas a la hora de contratar abandonando el recurso a la temporalidad. Es necesario que la formación de calidad orientada a las necesidades del mercado de trabajo cobre fuerza, con un sistema sólido donde un trabajador sea consciente de que su salida del mercado de trabajo será temporal. Nadie cobra un 60% de paro si puede cobrar un buen salario, pero para ello es preciso que tanto empresarios como trabajadores se sientan seguros, y eso no sucede a día de hoy. Saludos
EliminarEn el pais de Rinconete y Cortadillo, en el pais de la piscaresca desde el siglo XVI, en el pais de los paisanos del cuadro de Goya que se mataban a garrotazos, en el pais de la envidia por antonomasia de tu vecino , de los localismos, etc, dudo mucho que esta reforma laboral sirva para crear empleo y riqueza, al menos a medio plazo y ya no digo a corto plazo, a menos de un año porque no tengo esperanzas. Y esto ya no es algo sólamente económico o jurídico o político, la cuestión es más profunda y compleja.
ResponderEliminarHe dicho.
Totalmente de acuerdo contigo Jorge. Tendremos que cambiar, nos jugamos nuestro futuro. Saludos
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