Hace ya tres años que empezó una de las peores crisis económicas que se recuerdan y, como consecuencia de la cual, España se ha convertido en una enorme cola de desempleados, a la espera de que su futuro, aun les depare la oportunidad de escapar del pozo en el que se encuentran.
En este contexto, se anunciaron sucesivos planes anticrisis, ninguno de los cuales ha sido capaz hasta ahora de poner freno a la hemorragia diaria de parados. LLegados a este punto, el gobierno se puso en contacto con los interlocutores sociales para abordar la necesidad de modificar el marco de la negociación colectiva, poniéndose sobre la mesa asuntos como eliminar la prórroga automática de los convenios, establecer nuevos mecanismos de flexibilidad interna, favorecer el descuelgue salarial del Convenio aplicable, etc.
Nada destacable direis, bueno, nada, lo que se dice nada....salvo que os parezca poca cosa que desde enero las organizaciones empresariales, (CEOE), y las sindicales más representativas, (UGT y CC.OO), estén negociando sin alcanzar hasta la fecha acuerdo alguno. Cinco meses....y nada, cinco millones de parados....y nada.
Podría decir muchas cosas al respecto, pero me limitaré a realizar una pregunta. ¿No se supone que las leyes las aprueba el Parlamento?. Me explico, creo sinceramente en el dialogo social entre empresarios y trabajadores como mecanismo para crear marcos laborales estables, pero ínsisto, los interlocutores sociales deben dialogar, proponer, estudiar, pero no pueden LEGISLAR, para eso ya disponemos de un Congreso y un Senado que son los legítimos representantes de la soberanía popular.
Es indiscutible que el artículo 7 de la Constitución confiere a las asociaciones empresariales y las organizaciones sindicales un papel relevante dentro de nuestro sistema democrático, pero no le confiere la potestad legislativa, la cual solo reside en Cortes. Sin embargo, desde hace ya algunos lustros, nuestros gobiernos han decido que legislar en materia laboral puede resultar políticamente incorrecto, puede causar huelgas generales, mala imagen ante la ciudadanía y suponer la perdida de votos, pero es que oigan....a ustedes se les paga para que legislen, incluso en materia laboral, cueste lo que cueste. No se puede hacer una dejación de funciones dejando en manos de la patronal y los sindicatos la política laboral de este país.
Han transcurrido cinco meses, y la negociación colectiva no avanza ni se vislumbra acuerdo al respecto, cinco meses y cientos de miles de parados más, atonitos, sorprendidos y como es lógico...indignados, ante un gobierno que no gobierna y un parlamento que no legisla.
¡TEMPUS FUGIT!
¿Cuantos miles de parados más serán necesarios para que nuestro Parlamento aborde la negociación colectiva?